maxon Story
Volviendo a agarrarse a la vida


Perder una mano en un accidente transforma el día a día en una batalla constante. Nada volverá a ser como antes y hasta las pequeñas cosas parecen de pronto imposibles. Michelangelo, la mano protésica de alta tecnología, devuelve la calidad de vida a aquellas personas que han perdido una mano. Los motores DC sin escobillas de maxon desempeñan un papel importante.
Una mano humana es una obra de arte de la naturaleza que nos ha ayudado a ser lo que somos en la actualidad. Utilizamos las manos para montar los más diminutos mecanismos de reloj, lanzar una pelota o comunicarnos cuando las barreras del lenguaje plantean una dificultad. Esto hace que sea muy dura la vida de aquellas personas que han perdido una mano debido a una lesión o un accidente. Patrick Mayrhofer sabe lo que es eso. Sus manos resultaron tan gravemente lesionadas en un accidente laboral que poco después tuvo que decidirse por la amputación de su brazo izquierdo. Pero este joven no se vino abajo por este golpe del destino. «Estoy muy centrado en mis objetivos y, cuando me propongo algo, suelo conseguirlo». No quiere ningún tratamiento especial y tampoco lo necesita. Con su nueva mano protésica es capaz de hacer frente a prácticamente todas las situaciones cotidianas sin ninguna dificultad.
Lograr lo imposible
Su prótesis, llamada Michelangelo Hand, ha sido desarrollada por Ottobock en Viena. Puede realizar siete movimientos de agarre diferentes que el usuario activa contrayendo los músculos del muñón. Las tareas que antes eran imposibles son, de repente, realidad: llevar un plato en la palma de la mano, coger un huevo de una caja, sostener una carta o pelar un plátano. Según Martin Wehrle, otro usuario de Michelangelo: «Para algunos movimientos, simplemente agarro el objeto sin pensármelo demasiado».
Para replicar la mano humana lo mejor posible, los ingenieros de Ottobock necesitaron realizar experimentos durante muchos años y tuvieron que miniaturizar todos los componentes electrónicos y mecánicos de la prótesis. El resultado es una prótesis de tan solo 520 g de peso y cómoda de llevar. La prótesis no solo tiene un aspecto natural, sino que también ofrece una sensación natural, por ejemplo al dar la mano. Esto se debe, en parte, a la muñeca artificial con sus movimientos amortiguados. Los sistemas mecánicos que hacen posible las funciones de agarre son accionados por un motor EC 10 sin escobillas de maxon y una versión modificada del EC 45. El primer motor acciona el pulgar y el segundo se encarga del accionamiento principal de los dedos índice y corazón. Los dedos anular y meñique se mueven de forma pasiva. El motor EC del pulgar dispone de un bobinado sin hierro y de un eje sin fin personalizado por maxon motor.
Motores con alta densidad de potencia
Desde que Ottobock comenzó a desarrollar Michelangelo, maxon ha asistido a la empresa con soluciones especiales.
Los requisitos del sistema motor incluyen una alta densidad de potencia, un funcionamiento suave y resistencia a las cargas axiales del eje. Los motores DC sin escobillas de maxon cumplen todos estos requisitos. Además, tienen una larga vida útil.
Sensores para un agarre seguro
La interfaz con el cuerpo humano es otro aspecto importante de la prótesis Michelangelo. Ottobock utiliza electrodos para medir los pulsos eléctricos en los músculos del muñón y envía estas señales a un procesador. El sistema de transferencia de datos Axon-Bus es extremadamente rápido y fiable. Permite que el usuario maneje la prótesis de forma fácil e intuitiva. Cuanto más tense los músculos, más rápido y fuerte será el agarre de la mano. Al mismo tiempo, un sensor en el pulgar se encarga de medir la fuerza de cierre. Esto permite controlar la fuerza de agarre de manera precisa para evitar que se caiga un objeto.
La mano Michelangelo hace posible la vuelta al trabajo de muchos usuarios. Este es el caso de aquellas personas que están en la flor de la vida, tienen una familia y quieren trabajar. Estas personas pueden beneficiarse de las múltiples aplicaciones de esta prótesis. Según Hans Dietl, director gerente de Ottobock: «Queremos ofrecer a las personas el mayor grado posible de movilidad e independencia. Trabajamos diariamente para conseguirlo y seguiremos haciéndolo en el futuro».
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