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Diferencias entre AGV y AMR


Hasta hace poco, los AGV (vehículos de guiado automático) eran la única opción para la automatización de tareas internas de transporte. Hoy en día, una sofisticada tecnología compite con ellos: los robots móviles autónomos o AMR, por sus siglas en inglés. Aunque tanto los AGV como los AMR permiten mover materiales de un lugar a otro, aquí termina la comparación.
AGV: para instrucciones sencillas de programación
Introducidos en los años 50 en la industria automovilística, los AGV están diseñados para transportar o remolcar materiales. Tienen una presencia fundamental en la logística y permiten mover mercancías dentro de un espacio determinado sin intervención humana. Para conseguir esto, los AGV pueden utilizar dos tipos de tecnologías.
1) Guiado por cables
Cables enterrados que emiten ondas, raíles de metal sobre el suelo, cables eléctricos subterráneos…, un AGV se mueve siguiendo una ruta trazada en el suelo. El robot detecta la señal transmitida por la ruta y la sigue como si de una vía de ferrocarril se tratara. La implementación de esta tecnología de movimiento y cualquier modificación de la ruta requieren trabajo. Por ello, el guiado por cables es adecuado para aplicaciones sencillas, pero no ofrece flexibilidad.
2) Guiado óptico
El guiado óptico es una alternativa más sencilla y económica que la guía por cables, y permite que el AGV utilice cámaras de a bordo para seguir una línea pintada en el suelo. Esta solución tampoco llega a ofrecer una total flexibilidad, pero no requiere trabajos estructurales.
Con una inteligencia mínima a bordo, el AGV, en su versión más básica, solo puede obedecer instrucciones básicas de programación. Con el guiado por cables, los movimientos están limitados a rutas fijas, por lo que la más mínima alteración trae consigo un trabajo considerable, así como la interrupción de la producción. El AGV puede detectar obstáculos en su ruta, pero no puede sortearlos. Si la ruta está obstruida, se detendrá y esperará a que se retire el obstáculo.
AMR: robots con mayor autonomía y flexibilidad
Los AMR (robots móviles autónomos) son una alternativa a la infraestructura fija de elevados costes iniciales y uso relativamente poco flexible de los AGV. Los AMR, además, se basan en dos tecnologías más sofisticadas.
1) Guiado por láser
Este sistema permite que los AMR se muevan gracias a una red de reflectores integrada en su entorno. El robot está equipado con un láser giratorio, se mueve utilizando el principio de la odometría y usa reflectores para definir su ruta. La combinación de estas dos tecnología permite a los AMR orientarse de forma autónoma y precisa. Además, es fácil modificar la ruta del robot utilizando el software de supervisión incluido en el sistema. El guiado por láser es actualmente una de las tecnologías más fiables en el mercado de los vehículos de guiado automático. Su precisión hace que sea la tecnología preferida para las aplicaciones médicas.
2) Geoguiado
Este sistema requiere crear un mapa de las instalaciones y no exige la creación o modificación de infraestructuras. El AMR puede orientarse de forma autónoma y calcular su ruta automáticamente. La ventaja es que el mapa del entorno operativo del robot puede modificarse en cualquier momento. Esto hace que sea una tecnología altamente flexible.
Los AMR son el resultado de las últimas innovaciones y están utilizando lo mejor de las tecnologías existentes. Estos robots autónomos disponen de mapas digitales dinámicos y cámaras de a bordo, y utilizan el guiado por láser. Para el análisis del entorno y la elección de la ruta más eficiente, también se apoyan en los datos procedentes de las cámaras, los sensores integrados y los escáneres láser, así como en un sofisticado software. Los AMR pueden configurarse rápidamente y reprogramarse con facilidad, ya que basta con modificar su ruta en el mapa digital para que actúen en consecuencia.
AGV y AMR: pros y contras
1) Cohabitación con las personas
Debido a que los AGV se detienen ante el más mínimo obstáculo detectado, trabajan con mayor eficacia en entornos sin obstrucciones ni personas. Sin embargo, son seguros para los humanos, ya que siempre se detendrán si existe riesgo de colisión. Por otro lado, los AMR han sido diseñados para funcionar en espacios más fluidos, en los que los operadores pueden moverse con seguridad junto a ellos. Gracias a funciones que les permiten analizar su entorno, los AMR pueden detectar si tienen suficiente espacio para sortear un obstáculo. Por ello, estos robots móviles autónomos pueden usar la misma ruta que los peatones sin riesgo alguno.
2) ¿Cuáles son los costes?
La implementación de un AGV con guiado por cable es una inversión financiera significativa debido a los trabajos de instalación requeridos. Ahora bien, el coste de diseñar el robot se ve limitado por el hecho de que solo dispone de una inteligencia mínima a bordo. El AMR y sus tecnologías avanzadas constituyen una partida de gastos de mayor cuantía. Sin embargo, el comprador no necesita hacer nada para estar seguro de que funciona correctamente. Los AMR pueden ponerse en funcionamiento de forma rápida y sencilla, por lo que la inversión se amortiza en muy poco tiempo.
¿Qué hay de la motorización?
Los robots móviles autónomos (AMR) son más sofisticados que los AGV y ofrecen la ventaja de que no se ven limitados por rutas fijas, se adaptan a los obstáculos y son más flexibles.
Cualquiera que sea la solución elegida, es necesario seleccionar una unidad de motor compacta y modular con un sólido concepto de seguridad (Los 5 puntos clave a la hora de motorizar un AGV). Los motores IDX, con o sin electrónica integrada, se entregan en pocos días y cumplen todos estos criterios a la vez, ofreciendo un rendimiento que supera los desafíos de las aplicaciones de la logística y la intralogística: son compactos, potentes y sus tiempos de entrega son cortos.
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