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De soldador a directivo: el camino de Daniel hacia el liderazgo

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De curioso manitas a director de división: Daniel Hug demuestra cómo el interés técnico y la voluntad de crear pueden dar forma a una carrera. Su trayectoria en maxon es un ejemplo de cómo la relevancia práctica, la formación continua y el liderazgo interactúan con éxito.

¿Cómo se convierte un joven apasionado por la tecnología en un alto directivo con responsabilidad sobre los producto en maxon? En este artículo, echamos un vistazo entre bastidores y hablamos con Daniel Hug sobre su carrera, sus retos y su visión del liderazgo moderno. Su historia demuestra que, si perseveras, sigues desarrollándote y tienes el valor de cambiar de perspectiva, una formación profesional puede convertirse en una verdadera carrera profesional.

"Siempre quise saber cómo funcionaban las cosas"

Ya de niño, a Daniel le fascinaba la tecnología. Ya fuera una batidora o un motor de laboratorio, quería averiguar cómo funcionaban las cosas y jugueteaba con ellas hasta que volvían a funcionar o incluso mejoraban. "Desmontaba cosas, experimentaba y automatizaba mis cortinas, por ejemplo", dice con una sonrisa. Lo que empezó como un trasteo infantil se convirtió en una vocación.

Pronto tuvo claro que optaría por una formación profesional técnica: el trabajo práctico, la formación profesional aplicada y la oportunidad de poner las cosas en práctica directamente fueron decisivos para él. "Puedes sentir el olor de la industria y a veces quemarte los dedos. Eso es importante para entender realmente lo que estás haciendo".

El siguiente paso: de la teoría a la práctica

Después de estudiar ingeniería y trabajar en tecnología y gestión de proyectos durante varios años, Daniel se enfrentó a una pregunta crucial: ¿quiero quedarme en las profundidades de la tecnología o adentrarme en la gestión? Lo tenía claro: "Quiero ayudar a dar forma a las cosas, asumir responsabilidades y ejercer influencia".
Profundizó en sus conocimientos de administración de empresas, estrategia y gestión de productos con un máster a tiempo parcial en ingeniería industrial. No fue un nuevo comienzo, sino un perfeccionamiento consciente de sus aptitudes, con el objetivo de poder tomar decisiones aún más fundamentadas y liderar en su puesto.
 

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Dirigir no significa gestionar, sino dar ejemplo

Hoy, como Jefe de Servicios, Daniel es responsable de un equipo de diez personas y, como Jefe de Producto, del trabajo de más de 30 empleados en el departamento de I+D de Motion Control. Se trata del control preciso de los movimientos en máquinas y dispositivos, por ejemplo, el posicionamiento exacto y el accionamiento de motores DC y brushless en aplicaciones como la robótica o la tecnología médica. Su estilo de gestión se basa en dos pilares: la confianza y ser un modelo a seguir. "No quiero dirigir, quiero liderar", afirma con firmeza. Para él, esto significa comunicarse honestamente, actuar con transparencia, ser abierto y predicar con el ejemplo, tanto en los momentos buenos como en los difíciles.
Su objetivo es crear un entorno en el que las personas puedan desarrollar todo su potencial. "También hay que ser capaz de dejar ir, ceder responsabilidades y entrenar en lugar de controlar. Sólo así podremos lograr resultados sostenibles como equipo".
 

Entre el día a día y la estrategia de futuro

No existe un día de trabajo típico para Daniel, y eso es precisamente lo que hace que su puesto sea tan apasionante. A veces se trata del desarrollo estratégico de las plataformas de productos, a veces se trata del apoyo a corto plazo a los equipos de desarrollo. Su premisa es siempre la misma: quitar obstáculos del camino para que los demás puedan trabajar con eficacia. Uno de los mayores retos a los que se enfrenta es el equilibrio entre la atención al cliente a corto plazo y la estrategia de producto a largo plazo.

Daniel Hug

"Si no desarrollamos con previsión hoy, no tendremos ninguna solución dentro de cinco años"

Mirar atrás sin remordimientos

Aunque su trayectoria fue exigente, con la doble carga constante de un trabajo y la formación continua y complementaria, Daniel nunca se ha arrepentido de sus decisiones. "Soy optimista. Creo que puedes sacar lo mejor de cada decisión si la tomas conscientemente y te apasiona".
Tener las cosas claras, establecer prioridades y reaccionar con calma le ayuda, sobre todo en situaciones de estrés. "Nuestro trabajo no implica directamente vidas humanas. Eso ayuda a mantener la perspectiva adecuada".

Quedarse quieto no es una opción

En un mundo que avanza cada vez más rápido, el aprendizaje continuo y el desarrollo personal son más importantes que nunca. Los intercambios con colegas, las revistas especializadas, las ferias y los seminarios web forman parte del día a día de Daniel. "Hay que tener antenas en todas partes", dice. En la actualidad está especialmente interesado en el tema de los patrones de comportamiento y cómo se puede influir específicamente en ellos. Un tema que le preocupa tanto profesional como personalmente.

Su consejo a los jóvenes talentos

Daniel tiene un consejo claro para los jóvenes interesados en la tecnología: "¡Haz una formación profesional!" Para él, el camino a través de la formación profesional, el bachillerato y la universidad de ciencias aplicadas es la vía ideal para entrar en el sector tecnológico. "Entiendes mejor la práctica, disfrutas más de la teoría y empiezas la siguiente etapa con una valiosa experiencia".

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