Mujeres en la ingeniería

Cómo de la experiencia surge la innovación.

Noëlle Bracher, ingeniera de calidad de maxon, está acostumbrada a probar las cosas en su propia piel. Nos cuenta qué le ha permitido mejorar como ingeniera. 

Noëlle Bracher
ya tenía cierta experiencia práctica cuando empezó a trabajar en maxon. Durante sus estudios de tecnología médica en la ETH de Zúrich, Noëlle se especializó en exoesqueletos para la rehabilitación de personas con enfermedades del sistema nervioso, como paraplejias y accidentes cerebrovasculares. Para su trabajo de fin de estudios, esta bernesa de 26 años desarrolló un prototipo para el tratamiento de los llamados dolores neuropáticos en personas con extremidades amputadas. Para ello utilizó la realidad virtual y la retroalimentación sensorial de la neuroestimulación eléctrica. 


Noëlle probó con ella misma intensamente la realidad virtual hasta que consiguió dominarla. Todas estas pruebas, además de sus limitados conocimientos de programación, a veces llegaban a generarle, literalmente, dolores de cabeza. «Era la primera vez que trabajaba con realidad virtual», recuerda Noëlle. «Mis animaciones se mostraban con retardo en la pantalla y después del trabajo estaba tan mareada que el sistema me creaba dolores, en lugar de aliviarlos». Un día, Noëlle dejó de sentir tantos mareos mientras regresaba a casa del laboratorio. «El poder experimentar el progreso tan de cerca, al probar el sistema en mi propio cuerpo, me ha generado una enorme confianza». 


En otros proyectos también probé personalmente los métodos. Durante unas prácticas, Noëlle trabajó en un dispositivo que contrarresta la gravedad para ayudar a la rehabilitación de los brazos. «Como es natural, también en este caso probé yo misma varias veces el prototipo», comenta. Para evaluar su facilidad de uso, ella y un equipo visitaron a pacientes y terapeutas de centros de rehabilitación y hospitales de Suiza. 

Durante otras de sus prácticas, Noëlle trabajó con ingenieros en el desarrollo de un exoesqueleto para parapléjicos que dispone de articulaciones precargadas por resortes. El equipo quería averiguar si la denominada rigidez variable tiene un efecto beneficioso al caminar por terrenos irregulares. Para que los pacientes puedan estar de pie y caminar de forma estable, necesitan muletas. Para evaluar el efecto de la tensión por resorte en el exoesqueleto, los ingenieros miden en qué medida depende de las muletas la persona que prueba el dispositivo. Para ello, Noëlle midió la actividad muscular de los hombros y los brazos, al tiempo que modificaba la rigidez del exoesqueleto. Este exoesqueleto contiene mecanismos de maxon, concretamente motores planos EC 90, encoders MILE y controladores ESCON. «Ese fue el motivo por el que comencé a interesarme por maxon y presenté una solicitud para este trabajo», explica Noëlle. 

«Un trabajo aburrido sería lo peor de todo. Después de más de un año trabajando en maxon, estoy segura de que nunca me aburriré en esta empresa». 

En la actualidad, Noëlle trabaja en el departamento de tecnología médica de maxon en Sachseln. «Como ingeniera de calidad, me centro en la documentación, algo habitual en este puesto: reviso los documentos del proyecto y creo nuevas plantillas en función de los requisitos del cliente». Las tareas que realiza actualmente están más alejadas del paciente que las que realizó en sus prácticas, pero esta experiencia le ayuda a comunicarse mejor con el equipo y los clientes. 

Noëlle probó con ella misma intensamente la realidad virtual hasta que consiguió dominarla. 

«Ahora trabajo en varios proyectos dentro de un equipo, en el que cada uno aporta sus conocimientos específicos y tiene asignadas determinadas tareas», explica Noëlle. La diversidad de conocimientos y perspectivas que hay en maxon ha supuesto un cambio favorable con respecto a su experiencia en el mundo académico, donde la mayoría de los estudiantes o profesores comparten intereses y puntos de vista similares sobre el mismo asunto. «Me encanta trabajar con personas de distintas procedencias y sectores en un entorno dinámico. Aquí acompaño a un producto durante todo su desarrollo».  

Cuando se trabaja en proyectos no hay dos días iguales, pero eso es exactamente lo que quiere esta ingeniera de calidad.

Noëlle sabe que su contribución en maxon no es tan evidente como la de sus proyectos anteriores, en los que trataba directamente con pacientes y personal médico. Pero ahora ve un mayor potencial: «Los proyectos durante mi época en la universidad se centraban en la investigación, lo que implicaba que solo unos pocos pacientes podían utilizar la tecnología, ya que no estaba disponible comercialmente», explica. «Sin embargo, cuando los clientes de maxon desarrollan un producto médico y lo sacan al mercado, se benefician directamente de él muchos más pacientes». 

Para esta ingeniera, el paciente es lo principal. Durante su trabajo de fin de estudios, aprendió que los dolores neuropáticos, en particular los crónicos, son complejos. «Aunque observamos enormes avances en medicina y tecnología, tratar este tipo de dolores sigue siendo difícil», afirma. Con el tiempo, esto puede provocar ansiedad, frustración y depresión en los pacientes. 

«El poder experimentar el progreso tan de cerca, al probar el sistema en mi propio cuerpo, me ha generado una enorme confianza».

Ayudar a pacientes con dolor crónico hizo que los estudios de Noëlle adquirieran un significado especial. Todas estas primeras experiencias prácticas adquiridas continúan acompañándola actualmente: «En algunos proyectos en maxon estamos verdaderamente superando los límites de lo factible, lo cual es muy emocionante», comenta con alegría esta ingeniera de calidad. 

«Cuando trabajas en proyectos, no hay dos días iguales», añade, pero eso es exactamente lo que quiere esta ingeniera de calidad. «Un trabajo aburrido sería lo peor de todo. Después de más de un año trabajando en maxon, estoy segura de que nunca me aburriré en esta empresa». 

Author: Debora Setters

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